El mandatario anunció que su gobierno transfirió «gran parte» de las criptomonedas adquiridas a una «billetera fría», sin conexión a internet, almacenada en una bóveda en algún lugar del país
El presidente Nayib Bukele lleva semanas sacando pecho, pero esta vez no es por la impresionante reducción de la violencia en El Salvador, sino por la escalada en el precio del bitcóin.
La mayor criptomoneda del mundo es la principal apuesta económica del joven mandatario. Y también, según sus críticos, una de sus políticas más opacas.
El jueves, por ejemplo, dijo en las redes sociales que su gobierno transfirió «gran parte» los criptoactivos que posee el estado a una «billetera fría» –un dispositivo de almacenamiento de archivos sin conexión a internet– que quedará custodiada en «una bóveda física» en algún lugar del pequeño país centroamericano.