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LA CONSPIRACIÓN DE LA OPOSICIÓN PROFASCISTA

LA CONSPIRACIÓN DE LA OPOSICIÓN PROFASCISTA

La oposición ultraderechista en Honduras ha montado una estructura comunicacional para mentir y en base a esas mentiras desprestigiar al gobierno al que le atribuye atrocidades que no ha realizado pero que son acciones que si los nacionalistas y liberales cometieron en varias ocasiones a lo largo de la historia hondureña, pero más evidente y conocido por todos es lo ocurrido durante los años que siguieron al golpe de Estado criminal de 2009 y que culminó con la instalación de un narco Estado y la violación reiterada de la Constitución hasta que esa situación de desgracia hondureña terminó con la derrota electoral que elevó a la presidencia a Xiomara Castro. La lucha valiente del pueblo en las calles.

        A esta campaña se ha sumado la llamada sociedad civil (figura con la cual pretenden suplantar la opinión del pueblo que es la única y verdadera sociedad civil), formada por organismos llamados No Gubernamentales pero que son estructuras en las que navegan oportunistas y vividores aupados por oscuras fuerzas internacionales.

En este contexto se ha sumado el representante del PNUD, el señor Richard Barathe y los embajadores del G16, integrado por algunos embajadores de los países que aportan cooperación a Honduras. Fueron todos ellos al Consejo Nacional Electoral, en una actitud totalmente injerencista en los asuntos que competen exclusivamente a los hondureños, a cerciorarse de como han transcurrido las elecciones y a brindar respaldo a los consejeros que, tengo entendido, están en investigación por la Fiscalía por lo ocurrido el 9 de marzo pasado, día de las elecciones primarias. Ninguno de estos países permitiría a delegados de Honduras inmiscuirse en sus elecciones, pero los antipatriotas, los extremistas cuasi fascistas quieren que sean estos organismos y estos señores quienes les resuelvan el problema de su falta de respaldo electoral frente a las posibilidades de perder la próxima contienda de noviembre. El PNUD, el Consejo de Seguridad y los demás organismos de la ONU no me parece que actúan con la misma diligencia para enfrentarse al asesino de Netanyahu y su pandilla que ha masacrado inmisericordemente al pueblo palestino. Ahí en Gaza y en Cisjordania hay mucho que hacer, señor Barathe, porque Honduras realmente está en paz, exceptuando la alharaca de mentiras que propalan los blanquitos y sus compinches colorados. En un país de la Unión Europea anularon una elección legítima porque el ganador no era de su agrado y en la repetición al ganador le han prohibido ilegalmente su participación. Ahí debe estar Barathe arreglando ese entuerto que fue condenado por el vicepresidente norteamericano.

        Al bullicio de los blanquitos, los mismos que desfilaron en respaldo al narcotraficante Juan Orlando Hernández, quien si está demostrado era un capo de la droga, se ha sumado el CNA -cuya filiación cachureca es evidente- y hace un llamado a Rixi a renunciar del Ministerio de Defensa porque, según la ejecutiva del CN, su presencia en su calidad de jefe inmediato de los militares desnaturaliza la pulcritud de las elecciones recién celebradas. Pero resulta que Moncada entregó, cumpliendo con la Constitución, el mando de las Fuerzas Armadas al Consejo Nacional Electoral hasta el 8 de abril en que debe anunciarse el resultado electoral. Además, nadie mas que los lengua larga, ha acusado falsamente a Moncada de irregularidades.

        Doña Julieta, quien traicionó a Mel casi inmediatamente después que permitiera su elección ilegal como Rectora de la UNAH, sacó a luz su propio óxido, llama a los políticos a que no generen más incertidumbre. Pero lo hace y pone a todos en la misma canasta, aunque ella sabe, y es parte del complot, que quienes generan incertidumbre con sus mentiras y sus reclamos en base a falsedades provienen de cachurecos y colorados, ambos implicados en violaciones de la Constitución por las cuales deberían guardar prisión. Julieta debe responder por haber ejercido la rectoría sin cumplir con  los requisitos.

        Los blanquitos mancha brava y profascistas -no olvidamos la foto del hijo de Fernando Anduray con un brazalete nazi- fueron a la calle, en número raquítico. Cosette, que es, según la información que se conoce, la principal responsable de lo ocurrido el 9 de marzo, salió al balcón con una bandera hondureña -bandera que ultraja con su actuar como funcionaria- a saludar a quienes le apoyan y respaldan a pesar de que parece ha actuado al margen de la ley, asunto que tendrá que demostrar la Fiscalía. “Cosette no está sola”, gritaban frente al balcón los mismos que ayer llevaron a cabo dos fraudes electorales, que destituyeron a los miembros opositores del Consejo Nacional Electoral de manera ilegal, que auparon el golpe de Estado, que fueron a la Corte a pedir justificar la reelección, que le doblaron el brazo a la Corte de Justica corrupta que avaló la violación de la Constitución, que respaldaron -porque nunca protestaron- los asesinatos ejecutados por los militares y los policías en contra de los miembros del Frente Nacional de Resistencia, razón por las que anda fuera de ley el señor Romeo Velázquez, militar traidor a su jefe supremo y a la Patria.

        Nadie gaseó a los blanquitos que se manifestaron el jueves 27, porque ahora los militares han entendido, por fin, que su deber es su sometimiento al poder civil, el único poder que surge de la voluntad popular en las urnas y se enteraron de que dar golpes de Estado para que los políticos luego se posesionen en el poder solo los conduce mas tarde a ser los paganos de los platos rotos, como es el caso de los tres generales encausados que cumplieron órdenes ilegales de Micheletti, Lobo y JOH.

        Gritaban los blanquitos fascistas que el gobierno, el Congreso más propiamente, tiene como fin destituir a los miembros del Consejo Electoral. Los dirigentes del Congreso nunca han dicho tal cosa. ¿De dónde sale tal aseveración calumniosa, entonces? Pues del plan desestabilizador de cachos y colorados y quizá atormentados por la conciencia que les acusa de haber, ellos mismos, defenestrado ilegalmente a los miembros del Consejo Electoral cuando el narcotraficante JOH era presidente del Congreso. ¿No sería más justo que los blanquitos hubiesen salido a exigir que JOH y su pandilla vaya a la cárcel hondureña para que ese hecho de intervenir el Consejo Electoral no se repita? Pero no es así, porque la desvergüenza política es la caracterización de quienes tienen a Honduras en el atraso total desde que derrotaron a Morazán y han desgobernado a durante más de 200 años.

El 9 de marzo hubo violación de la Constitución. Ella dice que las Fuerzas Armadas, puestas por el presidente de la República a disposición del Consejo Nacional Electoral, son las responsables, desde un mes antes de las elecciones hasta el día de la proclamación de los resultados, “de la seguridad, transporte y vigilancia de los materiales electorales”. ¿Porque Cosette contrató a José López, quien no es dueño de empresas de trasporte, para que trasladara las urnas si con eso viola la Constitución? Los blanquitos han querido tergiversar los hechos y responsabilizan a la presidenta Xiomara de lo que ocurrió. Nada más falso. La presidente no ha intervenido en nada en las elecciones. Así que los blanquitos lo que debieron exigir en su marcha es una investigación imparcial de por qué se violó la Constitución y se contrató un transporte y se quitó a los militares esa obligación. Es lógico que la Fiscalía debe investigar si tras ese contrato hubo también un acto de corrupción. López, al no tener unidades de transporte, se vio superado por la demanda y tuvo que contratar a ultima hora a busitos pero no alcanzaron para el reparto de las urnas en San Pedro Sula y Tegucigalpa porque seguramente solo se contrataron unidades cuyos dueños son militantes cachurecos. Esa es la verdad que todos debemos exigir se esclarezca.

Los cahocolorados han montado otra campaña contra la presidente a la que acusan de ser parte de una narcorfamilia sin demostrarlo, aunque JOH, está preso junto con su hermano por tal delito y él condujo hacia el abismo institucional a Honduras. Los blanquitos, cacholiberales, debieron salir a exigir cárcel para los implicados en los crímenes del narcogobierno nacionalista liberal que andan libres y que son parte ahora de la conspiración antidemocrática, encabezados por Tomás Zambrana y sus compinches. Exigir cárcel para los que fueron a la Corte a pedir que permitiera la reelección de JOH, a los que dieron el golpe de Estado, a los que destituyeron a los Consejeros del Consejo Nacional Electoral, a los que hicieron fraude en los dos procesos en que participó JOH, el segundo totalmente ilegal, a los que asesinaron a los miembros de la resistencia, a los que saquearon el Seguro Social y otras instituciones del Estado, a los que implantaron el narcogobierno, a los que llaman a la intervención extranjera y muchas cosas más. Esa debería ser la obligación de todo hondureño bien nacido.

Otro asunto en que los narcocachurecos y sus aliados liberales han insistido es en desprestigiar a las Fuerzas Armadas. Dicen que el jefe del Estado Mayor Conjunto, General Hernández debe desobedecer a la presidente. El articulo 278 de la Constitución dice: “Las órdenes que imparte el presidente de la República [a las Fuerzas Armadas] deben ser acatadas y ejecutadas con apego a la Constitución de la República y los principios de legalidad, disciplina y profesionalismo militar”. De aquí se deduce que cualquier ciudadano que instigue a los mandos militares a insubordinarse al poder civil incurre en delito y debe ser puesto en orden por la Fiscalía y los tribunales. Durante la narcodictadura y casi desde su fundación, los militares actuaron al margen de la ley. Dieron golpes, atropellaron a los manifestantes, fueron autores de asesinatos y masacres, irrespetaron la ley. Pero la actual dirigencia militar ha demostrado su apego a la ley y su subordinación, como es debido, al presiente que es la autoridad electa por el pueblo. Por eso, las caricaturas de Banegas en las que llama a los militares a la desobediencia y en la última se burla de ellos por la postura de los militares como subordinados del poder civil son violatorias de la ley y caben como uso de la libertad de emisión.

En estas circunstancias no queda más que la Fiscalía actúe con energía para preservar la paz, porque ahora el asunto nos se remedia con llamaditos maliciosos como el de Julieta. Todos estamos obligados a cumplir la ley y quienes quieran subvertir el orden democrático con mentiras y calumnias y llamados a la insubordinación deben estar bien guardados en chirona para salvaguardar la paz de Honduras y su destino democrático.

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