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Inter deja al Barcelona fuera de la Champions después de ganarle al Viktoria Plzen

Inter deja al Barcelona fuera de la Champions después de ganarle al Viktoria Plzen

Poco más de media hora resistió el Viktoria Plzen en un repleto San Siro, un tiempo en el que el Barcelona albergó la esperanza de un tropiezo del Inter que le diese vida en la Liga de Campeones. Si algún equipo se sitúa vecino al inesperado desastre ese es el cuadro nerozazurro, que atesora un largo currículum de disgustos. Así que ese tramo de zozobra alimentó alguna esperanza blaugrana. Pero el Inter empujó y empujó, remató, insistió en un cerco ante la meta de Stanek, el atribulado meta checo al que ni una poblada defensa le ayudó a transitar con sosiego por el partido. Hasta que llegó el gol de Mkhitaryan y salió el sol en Milán (4-0). El Inter estará en octavos de final y el Barcelona cae a la Europa League.

El Inter fue tenaz e insistente, pero sobre todo incisivo. Tuvo quizás más ritmo que fútbol y a partir de ahí atropelló al Viktoria, que pese a no sumar puntos en las primeras cuatro jornadas de la competición saltó al campo con opciones de aferrarse a una tercera plaza que le permitiese reengancharse a la Europa League. Nunca estuvo en disposición de conseguirlo, más que a través de la resistencia, de aguantar ante las acometidas del Inter, pujante sobre todo en el flanco izquierdo con Federico Dimarco, un motorcito, y en el frente del ataque con Lautaro y Dzeko, una pareja complementaria.

Stanek mantuvo con vida a su equipo en los primeros intentos del Inter, llegó incluso a desquiciar a los rematadores del cuadro italiano, que al poco de empezar el partido ya empujaba con todo. Por eso el gol nació de una incursión del central Bastoni, que llegó con una conducción hasta la línea de fondo para buscar un centro al segundo palo que Mkhitaryan remató de cabeza a la red mientras Dzeko ejercía de señuelo para la zaga checa. Stanek pudo haber respondido mejor. Allí acabó todo para el Viktoria y, de paso, para el Barcelona. Nadie se detuvo en el Inter, desde luego no lo hizo el inevitable Dimarco, que habilitó a Dzeko para que el delantero bosnio marcase el segundo tanto local poco antes del descanso.

El receso invitó al Viktoria a lanzarse a variar de plan. Buscó el gol y se desnudó en la zaga. Mkhitaryan le pudo hacer aún más daño con un remate al palo, Lautaro no dejó de acechar y en la banda calentaba Romelu Lukaku para reaparecer tras dos meses de baja. Antes de que Inzaghi le diese cancha, algo menos de un cuarto de hora, conectó Lautaro con Dzeko para definir la clasificación interista con el tercer gol. Luego fue Lukaku el que dejó credenciales con una acción de pivote de fútbol sala en la que se apoyó en el exsevillista Correa para burlar a toda la zaga del Viktoria. Tan sencillo fue que hasta pareció humillante.

A esa altura el Viktoria no tenía ni fe ni fútbol. En un grupo con Bayern, Inter y Barcelona, el líder de la liga checa, invicto tras doce partidos, acumula 20 goles en contra y apenas tres a favor. En esta Europa futbolística de varias velocidades hay entornos con larga tradición futbolera a los que no les llega para competir a ciertos niveles. El Barcelona no hizo antes los deberes y se quedó a expensas de algo más que un milagro.

Fuente: elpais.com

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