Este sábado, el expresidente peruano Alejandro Toledo fue extraditado desde Estados Unidos hacia su país de origen para enfrentar cargos por presuntos delitos de lavado de activos, colusión y tráfico de influencias. La entrega del exmandatario se llevó a cabo después de cuatro años de búsqueda y captura, durante los cuales Toledo había permanecido prófugo de la justicia.
Según las acusaciones, Toledo habría recibido sobornos millonarios de la empresa brasileña Odebrecht a cambio de favorecerla en la licitación de obras públicas en el país andino.
Además, se le acusa de haber blanqueado los fondos obtenidos a través de una compleja red de empresas offshore y cuentas bancarias en paraísos fiscales.
La extradición de Toledo marca un hito en la lucha contra la corrupción en Perú, donde las investigaciones sobre el caso Odebrecht han salpicado a varios políticos y funcionarios de alto rango.
Aunque el proceso judicial aún está en curso, la entrega del exmandatario a las autoridades peruanas representa un paso importante en la búsqueda de la verdad y la justicia en este caso emblemático de corrupción transnacional.