La Academia Nacional Penitenciaria graduó a 101 agentes que se sumarán a las labores de seguridad en los diferentes establecimientos a nivel nacional, siendo la última promoción formada en el 2022.
En la ceremonia, se contó con la presencia del Inspector General de la Policía Nacional, General Héctor Ruiz Martínez. El Director del Instituto Nacional Penitenciario, Comisionado General Otoniel Castillo Lemus, representantes de organismos internacionales y defensores de Derechos Humanos, entre otros.
En los actos de clausura se reconoció el esfuerzo y dedicación demostrado por tres de los estudiantes que obtuvieron los primeros lugares al lograr el mejor promedio en las diferentes asignaturas que deben aprobar como parte del curso básico de formación de agentes penitenciarios.
El General Héctor Ruiz, Inspector de la Policía Nacional; recordó a los graduandos que la Educación en el ámbito penitenciario genera confianza. Deben mantener presente los principios claves que mencionaba Nelson Mandela: resiliencia, confianza de sus capacidades, respetar los derechos.
Por su parte, el Director del INP, Comisionado General Castillo Lemus felicito a los nuevos agentes y les recordó que son un aparte importante en los procesos de reeducación, rehabilitación y reinserción social de las personas privadas de libertad.
“Han recorrido un largo camino y no fue fácil llegar hasta aquí, son más que vencedores al mostrar su esfuerzo y disciplina, muchos quedaron atrás y ustedes lograron su cometido y hoy lograron la meta”.
Deben realizar sus funciones con respeto, responsabilidad, profesionalismo, honradez, demostrando ética. En la carrera penitenciaria, se enfrentarán a desafíos que pondrán a prueba sus principios y valores, agrego.
Al finalizar la ceremonia, los nuevos agentes realizaron la demostración de la extracción de un privado de libertad que se negaba a salir de su dormitorio para ser reubicado en otro modulo, por lo que la acción operativa se desarrolló cumpliendo con las normativas internacionales de respetar los derechos humanos y la dignidad de la persona sin causarle lesiones.
Fuente: Proceso Digital